jueves, 12 de enero de 2012

¿Tenemos un proceso de composición?

Los procesos de composición del escrito se originaron tras años de investigación psicolingüística y constituyeron un movimiento de renovación de la enseñanza de la redacción. Su campo de acción es el proceso de composición de escritura, es decir, todo lo que piensa, hace y escribe un autor desde que se plantea producir un texto hasta que termina la versión definitiva.

Tras investigaciones realizadas por psicólogos, pedagogos y profesores acerca de la forma de redacción, los resultados indicaron que existen diferencias entre los escritores expertos y quienes comienzan a escribir en forma profesional en lo que respecta a los procesos de composición. En síntesis, los expertos utilizan subprocesos de escritura, buscan, organizan y desarrollan ideas, redactan, evalúan y revisan sus textos con conciencia de las características del lector.

Tres pasos para ordenar nuestra redacción:

  • Buscar ideas (tormenta de ideas, cinco preguntas, escritura libre).
  • Organizar las ideas: (realizar ideogramas, mapas mentales, esquemas).
  • Redactar  (variar las oraciones, reglas de economía y claridad).

En el caso de que nuestra intención sea presentar el texto como una noticia la búsqueda de ideas puede responder a las “cinco W” (qué, cuándo, dónde, por qué, cómo). Otro procedimiento recomendable es la escritura libre acerca del tema en cuestión, sin cuidar reglas ni ortografía en una primera etapa o simplemente escribir un esquema con palabras sueltas que representen ideas a desarrollar posteriormente.

Una vez reconocidas las ideas es posible ordenarlas. Es importante considerar qué queremos informar en primer lugar y cómo podemos asegurar el interés del lector. En el caso de un esquema, es posible dibujar flechas que unan los conceptos según su importancia. Esta tarea, que puede llevar tan sólo unos minutos, permite tener claro el tema que desarrollaremos.

Por último, una vez seleccionadas y ordenadas las ideas, es posible redactar con mayor fluidez y menos riesgos de elaborar un texto que no exprese lo que realmente queremos decir.

Una forma de ganar tiempo
El tiempo utilizado en las etapas anteriores se recupera con una escritura que resolvió los problemas de distribución de la información. En ese caso, quien redacta obtiene un primer escrito que sólo necesitará observaciones de los detalles ortográficos y gramaticales. Se habrá superado el primer nivel, de la concepción del texto y el segundo, del orden de las ideas. Sólo quedará el último nivel de observación.

Esta forma de trabajo permite producir un texto con el menor margen de error, lo que facilita la tarea de edición y contribuye a una mejor presentación. En próximas entradas brindaremos información acerca de cada una de las etapas del proceso.

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